La cara A.

Publicado en por La bea

La cara A.

Anoche me pasó algo muy tierno con uno de mis peques.

Estábamos charlando, mis peques y yo. Les hacía preguntas sin un criterio fijo, según me venían a la cabeza. 

-¿Cual es tu dinosaurio favorito?.

-¿Cual es tu asignatura favorita?.

Y cosas así, intentaba que me contaran cosas de su día a día intercalándolas con otros temas que les interesara. Pregunta a pregunta estaba conversando con mis peques, algo no siempre posible. Entonces le pregunto a Bay max:

- ¿Cual es tu maestro o maestra favorita?.

- Fulanita- me responde.

-¿Y que asignatura te da? - el nombre no me sonaba de nada.

- Vino el otro día que mi maestro estaba malo.

La siguiente pregunta que me vino a la cabeza es fácil de adivinar. Si mi peque nombra a una maestra que no me suena de nada, pero resulta que es su favorita y eso que tan solo le ha dado clases un día, mientras que a los otros con los lleva unos cincos meses, ni los nombra, lo siguiente que pienso es: 

- ¿Es guapa?.

- Si- y se me queda mirando fijamente- pero no tan guapa como tú. Nadie es más guapa que tú.

"Ay que me lo como". Inmediatamente pasaron dos cosas. Una, que le di un fuerte abrazo. Y dos que los engranajes de mi cabeza se pusieron a funcionar.

En realidad es algo habitual que mis peques me digan cosas así de tiernas. Lo que no es habitual es que escriba sobra ellas.

Los peques, como todos, tienen su cara A y su cara B (ésta observación no es mía. Está basada en una canción de Jorge Drexler).Y por lo visto soy más propensa recordar la cara B de mis peques, que la APues este post pretende ser un acto de constricción en sí mismo. Ahí va la cara A de mis peques. Su aspecto más tierno, en plan bizcochito relleno de chocolate:

Hace un par de semanas Bay max observó preocupado que su padre no se encontraba muy bien. Se percató de que llevaba unos días resfriado y no se curaba.

- ¿Te tomaste las medicinas como te dijo mamá?- le preguntó Bay max a su padre.

- No- le contestó este.

- Hay que echarle cuenta a mama. Ella nunca se equivoca.

Y aunque parezca una frase aprendida a fuerza de escucharla mucho, levanto mi mano derecha y os aseguro que no tengo nada ver, que fue de motu propio. Y eso, fue lo más sorprendente.

Que bonita imagen tienen nuestros peques de nosotros: guapos listos y fuertes. Son como espejos mágicos, proporcionándonos esa imagen ideal nuestra. Esa que desearíamos proyectar. Esa imagen perfecta de nosotros mismo.

Bay max listo. Ahora le toca el turno a Moglyw.

....

Estuve pensando y no venía a la cabeza ninguna anécdota "ay que te como" de Moglyw. Aunque si es bastante habitual que me diga cosas como:

- Eres la mejor mamá del mundo.

- Hoy te he echado mucho de menos.

Pero no se me ocurría nada que hiciera que se escapara un suspiro al leerlo. Al final le tuve que preguntar a mi pareja sobre anécdotas tiernas de Moglyw y me refrescó la memoria:

Un día estaba yo sentada en el sofá (sin que sirva de precedente) y  viene Moglyw y me dice:

- Mamá te voy a hacer un regalo muy especial.

- ¿Así?. ¿Y cual es?.

Pude comprobar que no llevaba nada en las manos.

- Este.

Entonces me dio una brazo enorme, tierno, que me abarcó todo la ancha que soy, que no es poco.

"Ay que me lo como".

Pues sí, al fin recordé una anécdota "Ay que te como" de Moglyw, pero necesité ayuda. Pobre Moglyw. Quiero pensar que no se me olvidó por tratarse del segundo, sino simplemente porque esta anécdota es menos reciente  que las dos anteriores que conté de Bay max.

Y es así, las cosas se me olvidan. Y para eso me ha servido escribir este post para darme cuenta de que las anécdotas de mis peques se me están olvidando, las  tiernas, las graciosas... .Todas esas cosas que han dicho o han echo mis peques se las está llevando el olvido como si nunca hubieran pasado y al escribirlas ahora en este post combato mi mala memoria. Espero así recordar lo bueno y olvidar lo malo, que parece lo tengo ahí clavado como una astilla.

Por eso os animo a recordar las anécdotas de vuestros peques, sus caras A. Las bonitas, las que os hizo reír, incluso las que os hizo llorar, pero no de frustración, de las otras lágrimas y escribirlas en un post o en un post-it. También podéis contarlas aquí en el blog, al igual que yo os he contado las mías. ¿Porque no?. Escribirlas donde queráis en el ordenador, en un papel o incluso en la pared, pero no las olvidéis. Es el rastro de miguitas de pan que nos van dejando de su niñez, esa etapa tan efímera y tan bonita a la vez. Una vez escritas ahí quedan y podéis recurrir a ellas siempre las necesitéis. A veces hace falta que nos recuerden los buenos momentos. 

Y hasta aquí mi post de hoy. Nos vemos pronto.

Etiquetado en Bay max y Moglyw.

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